jueves, 10 de diciembre de 2009

Historias sobre la ropa tendida y el malvado viento 2

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La madre de No, se dedicaba a recoger trufas en el bosque, tenían un jabalí amaestrado llamado Topo y No les acompañaba la mayoría de las veces para pasar la tarde. Quizás fuesen los rayos de sol, los que agujereaban los árboles y se abrían paso entre la profundidad del bosque pero aquella tarde la vida de No tomó otra dirección.
Aquella tarde fueron todos juntos a recolectar trufas y Topo empezó a seguir el rastro de una trufa enorme, quizás la más grande que había olido nunca y al darse cuenta, la madre de No siguió al entusiasmado jabalí. No se quedó atrás, perdió de vista a su madre y acto seguido escuchó un grito de la misma. No se asustó y corrió apresurada a socorrer a su madre, que por desgracia había caído en el fondo de un pozo abandonado disimulado por la vegetación. No pidió auxilio, solo acudió Topo con la enorme trufa en la boca, por las cercanías no habitaba ni un alma.
Fue entonces cuando No, asomó la cabeza hacía el interior del pozo, era tan profundo que no alcanzaba a ver el final, solamente oscuridad, pensó que igual no tenía fin, que su madre estaría justo en el polo opuesto del planeta. No esperó allí sentada, sin saber qué hacer, su madre no salía, pasaron unas horas, No tenía sed y se le ocurrió que si por casualidad la mamá de No, no había cruzado el planeta y permanecía en el pozo, también tendría sed. No grito:-."¿QUIERES AGUA?.- Y al cabo de unos segundos se escuchó un hilo de voz casi imperceptible que decía:-.".....agua".-
No se alegró, su madre estaba allí, no le había dejado sola y quería agua, así que corrió hasta casa, llenó la jarra de agua, volvió al pozo y derramó un buen chorro, reservándose una parte para otra ocasión.... CONTINUARÁ

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